Debe hacerse un paréntesis entre lo que técnicamente
rige y regula la contabilidad y hacer énfasis en la normatividad y la ley,
debido a que la contabilidad ha dejado de ser solo una técnica de registros para
pasar a ser una herramienta de representación y análisis de hechos económicos y
por lo tanto actualmente se encuentra sometida totalmente a la legislación y
regulada por las normas continuamente impuestas, las cuales condicionan la
validez de los procesos técnicos contables, para garantizar una homogeneidad,
comparabilidad, transparencia, comprensibilidad y orden a la información para
que esta pueda tener aplicabilidad en el desarrollo mercantil.
De esta manera, la
legislación y las normas deben ajustarse a los cambios constantes de la
contabilidad moderna y al actual entorno mercantil y evolución de los mercados
y direccionar los objetivos y orientación cuantas veces sea necesario; la
normatividad al igual que la contabilidad debe ser flexible y ajustarse a los
cambios.
Así mismo se debe
resaltar la importancia de fomentar el control dentro de las prácticas
contables ya que el control es sinónimo de disciplina y donde hay disciplina
hay orden y el orden orienta al éxito y al alcance de las metas y objetivos
propuestos.
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